jueves, 1 de enero de 2009

Bônenkai “fiesta para olvidar el año”.



Bônenkai (忘年会 ぼうねんかいliteralmente, “fiesta para olvidar el año”).

Hemos celebrado la tradicional fiesta de fin de año de la Federación de Kárate de Castilla-La Mancha.

Cada año a finales de diciembre se celebra la ya tradicional “cena de fin de año”. Como viene siendo costumbre están presentes los distintos miembros que forman los organismos regentes de la federación y algunos invitados.

Es una cena de hermandad, pero he aquí un paralelismo con la tradicional cena de empresa que se hace en todo el mundo, mundial…

Viendo estos paralelismos con el Japón, ya el año pasado vi la similitud con nuestras cenas de empresa. Este año y viviendo la experiencia de Japón, reincido en ver cosas que allí ocurren y como las viven. Lo curioso es que son cosas iguales (en apariencia) pero que el sentido es diverso.

Estas cenas de fin de empresa, no tienen la finalidad exclusiva de juntarnos a degustar unos platos, si no, de reunirnos y hablar, contar experiencias. Fallos, errores, cosas que no salieron bien, echar unas risas y comentar también lo salio bien. Casualmente se habla más de eso, de las cosas que de alguna manera nos frustraron o no salieron bien.

Los triunfos se acogen en otro lado de la memoria (se ve), pues se da más importancia a chascarrillos que a los grandes triunfos. La federación ha tenido un año pletórico de historias, hemos realizado un campeonato de España (con varios campeones), hemos ganado unos trofeos regionales (lo que es más importante, hemos estado presentes en todos) y en todos se ha ganado algo. Hemos conseguido un campeón de Europa y otro del Mundo (vamos la releche). Se ha celebrado reelección de presidentes, ha habido “marabunta” en el kárate nacional, etc. Por último la joya, el viaje a Japón a todo un campeonato mundial.

Casas buenísimas nos han ocurrido en éste año 2008, pero hablamos y nos distraemos en los líos. De los incidentes…las risas de unos ante las dificultades de otros. Que al final son las risas de todos.

Por ello en Japón la cena de fin de año se llama Bônenkai, donde se reúnen los componentes de una empresa, una asociación, un grupo de amigos afines, etc. a cenar y pasárselo bien. Pero no es una cena de elogiar a nadie, es más bien de estas cosas que comentar, de recordar errores. Por ello el anfitrión comienza la cena con un breve discurso dando bienvenida y agradecimiento a los esfuerzos realizados por todos a lo largo de este año, y da paso al brindis de comienzo de la cena.

Hasta aquí todo normal (vamos como en España y parte del extranjero), durante las cenas la gente se va soltando y los temas saltan como liebres, casi cada dos o tres personas sacan sus propio tema, es fácil que se estén hablando de siete a diez temas a la vez, se tocan todos los palos en la mesa.

Se habla de las situaciones personales y familiares, de las vacaciones, del trabajo o del paro (la crisis), de todo, la cena y la bebida hace su aparición muy poco a poco y es como un elemento secundario, la bebida va ganando protagonismo y aquellos que si beben "y pueden", ganan protagonismo. Levantan más la voz, y sus temas parecen más importantes. Sus quejas y problemillas ganan más notoriedad que las del resto, sus risas son más oíbles. Se convierten en más protagonistas y beben más, cuanto más se les anima más se enaltece la fiesta.

Se llega a un punto de sé que estoy aquí, pero ¿Cómo estoy?. Los efluvios del vino fluyen y se van mezclando con las ideas, las cuales ya no siguen un ritmo lógico y retozan cada cual a su aire. Por ello en muchas cenas y tras unas copas, algunos se han atrevido a decir a su jefe cuatro palabras, a su compañera a tirarle de una vez los tejos, etc.

Será por ello que se denomina cena de olvidar, pues algunos al día siguiente ni recuerdan lo que dijo en cena, a quien se refería con dos copas de más como jefe déspota. Al día siguiente nadie recuerda nada, la pregunta habitual es ¿Qué pasó anoche?.

Que casualidad, si esa es la finalidad de la cena, es la misma que en Japón. La excusa es una cena, la causante es la bebida y la fiesta, es la que se consiga montar cada cual.

Yo si recuerdo, está cena hemos tenido que hablar todos tras la cena dando unas palabras al resto. Unos agradecían el estar allí, otros daba fe de lo bien que nos marchaba en la federación, otros se emocionaban al hablar.

Yo hice referencia a esta cena japonesa, a la llamada Bônenkai, diciendo que existía está tradición de cenar todos juntos los que de alguna manera hemos estado luchando e implicados, y donde su significado era olvidar los fallos o errores, finalizando con un brindis por los aciertos (que creo han sido más).

Pienso que como federación ya tenemos un nuevo cuño a está tradicional cena, en poco la denominaremos Bônenkai No, Federación Castilla-La Mancha de Kárate.

Antonio Milla Jiménez.