lunes, 8 de diciembre de 2008

VIAJE A JAPÓN PRIMER DÍA (4ª parte).


Pasamos a ver el primer Pachinko. Unas monedas y a jugar...

Bueno ya serían más de las cuatro cuando el autobús nos recogía rumbo a otra excursión, esta vez a Asakusa Kannon como más vulgarmente se le conoce, yo prefiero su verdadero nombre el Templo Senso-ji.

Pasando por mi primer Tori.

Tras un trayecto corto no llegaría a media hora, llegamos y entramos al templo por unas calles adyacentes por la parte de atrás del templo ¿?, cosas de la guía... Entramos por la puerta lateral de Niten-mon que esta al este y que casualmente s la más antigua del complejo del templo de 1618.

Es el templo más sagrado de Tokyo y por igual el más espectacular. Lo mismo que el palacio con una historia fantástica la de su creación, yo comenzé viendo El Asakusa Jinja, que aún no lo tengo muy claro pero creo que es un santuario dedicado a los hombres que hallaron la estatua de Kannon.

Primero lo de Jinja, que he visitado muchos templos y santuarios, me hago un lió con lo de JINJA 神社, parece ser que se llama así a todos los santuarios cintos. Existen alrededor de 80.000 a 100.000 jinja registrados en Japón (el número menor indica los "jinja combinados"), aunque el número real puede ser mucho mayor (debido a que existen santuarios muy pequeños o ya no son administrados ni están registrados).
La verdad un placer, en esos momentos se estaba celebrando también una exposición de flores, concretamente crisantemos. Una bestialidad crisantemos de colores y tamaños.
Pasamos entonces a ver el pabellón principal, donde alberga la imagen real de Kannon, allí ya comencé a pedir deseos y parabienes. Lo encuentro muy facil, tipo Roma tiras unas monedas a un cajón con rendijas, das dos palmadas, pides el deseo y rezas lo que sepas, y ya a esperar que se cumpla…


De allí al pabellón Yagodo dedicado a Buda y es uno de los más recientes y al pabellón Awashima dedicado a un dios que creo cuida a las mujeres, atravesando unos jardines muy bonitos con puentes japoneses y un riachuelo llegamos a la pagoda de cinco alturas o plantas (el cinco, el número sagrado), por lo visto es una replica de 1973 (año muy importante de mi vida).



Unas estudiantes de instituto con su clasica faldita, muy amables la verdad.

Haciendo cola para rezar y pedir un deseo.

Llegamos al quemador de incienso (JOUKORO), es fantástico siempre rodeado de gente. Según nos explico Soco, la gente que tiene dolencias viene y se acerca al humo y trata de echárselo por donde le duele algo, o para protegerse se lo tratan de echar encima, allí todos estábamos poniéndonos más ahumados que el salmón noruego.


Ya el grupo se ha dividido en mini grupos...
Pasando al pórtico que da paso al complejo (que como íbamos de revés, o dijese, como si fuésemos saliendo), está es la puerta Hozo-mon. Donde hay cosas curiosas, que aquí no sé, si ocurrirá. Hay estatuas que fueron donadas por particulares, empresas, etc. Y que llevan aquí una porrada de años.

Ésta es la puerta de Hozo-mon, construida de hormigón armado, tiene una planta superior donde se guarda un tesoro con varios aforismos chinos.
Ya salimos a una especie de pasillo o calle, donde es como un bazar donde son tantas las cosas que ves, que no es posible concentrar la atención en una sola cosa. Hay muñecas, camisetas, figuras, banderas, fajas y obis, kimonos, pasteles, etc. Como es de suponer yo compre bastantes cosillas. Muy en especial una muñeca japonesa, y unas figuras de manga (muñecas también), un samurai, una figura de Sheigo Takamori y un dibujo sobre tela de “la gran ola” de Okushai.

Seguimos bajando y Soco no dejaba de repetir que no compráramos mucho que luego iríamos a un gran bazar que habría de todo esto y más barato.


Ya bajamos hasta lo que sería la entrada la puerta Kaminarimon (la puerta del trueno), pero conocidísima por su gran farol rojo. Las fotos de rigor y corriendo otra vez para dentro, pues teníamos que salir por donde entramos (la puerta de Nite-mon).

Corriendo ya, nos reunimos con el grupo. Me dejo machismo que contar, pero esta vista es sagrada a todo turista que viene a Tokyo y no en vano, me encontré con muchísimos españoles, de Zaragoza, Jaen, Castellón, etc. La verdad que dio gusto saludar en español.

Ya es denoche, la verdad que anochecio muy pronto ahora son casi las seis.

Luego había calles que salían a lo que era la avenida del templo del “bazar o tiendecillas” que estaba repletas de cuchillerías, restaurantes, es toda una industria lo que hay alrededor del templo.

Ya en el autobús y por fin camino al hotel…Esta será una quinta entrada de un mismo día que duraba ya dos días y varias horas. Estaba deseando llegar al hotel.

Mata neee!!.