viernes, 26 de diciembre de 2008

LA ACCION ARBITRAL EN UN TORNEO DE KARATE.


Antes de nada explicar que un torneo no lo concibo como un campeonato.

Torneo = competición deportiva.
Campeonato = competición deportiva en la que se disputa un premio.
Trofeo = competición deportiva donde se da premio al primer ganador (luego esto no se cumple y se dan tres).

Dicho esto paso a explicar otra cosa, la acción arbitral. Quizás hay gente que se plantea más de lo que debiese (yo mismo). Un árbitro que se tienen que adaptar al trofeo o al campeonato y las reglas que allí se establecen. Nadie nos avisa y es allí insito cuando nos lo comunican.

Premisas diversas y dispares, cada región establece la forma en que se basará “su trofeo”. Se marcan unas normas de participación. Por ejemplo, Kumite; 1 junior, 2 cadetes masculinos, 2 femeninos, 1 infantil. Kata; 2 cadetes, masculino y femenino. Ésta convocatoria es evidente que es para promover la categoría “cadete”. Otro como en de Andalucía para empezar abriendo la temporada, le de Asturias terminando la temporada o el de Quitanar preparatorio del Cadete de España.

Cada trofeo, o cada “campeonato amistoso” tenemos (como árbitros) que seguir unas premisas que marca “la organización”.

Caso A, que es por equipos y ganan en cuanto tienen mayoría de victorias.
Es lo normal y lo que marca el reglamento, pero, ¿hacemos 1000 kilómetros para que la gente pueda combatir o para ver quien se lleva el trofeo?. La importancia del trofeo, no es quien gana. Estos trofeos son “conmemorativos”, no son oficiales y se venden muy mal a los organismos oficiales, como si pudiera ser un campeonato de España.

Caso B, es por equipos y aunque se gane, tienen que pelear todos los componentes del equipo.
Aquí ya pude haber divergencias, pues, si se gana y en un combate uno se lesiona (no teniendo reservas), el siguiente combate significa un 0-8 al otro equipo. Pero los árbitros no estamos para cuestionar la organización. La labor propia es solamente arbitrar con los condicionantes que nos dan. Pudiendo estar o no de acuerdo con la forma de platear el torneo.

Caso C, equipos de diferentes índoles, mezclando categorías, pesos y géneros.
Esta es la que más miedo da, pues hay cadetes con una constitución muy desarrollada y otros que aún no han comenzado…Creo sinceramente que en algunas se debería ajustar un poco el peso, pues se ven tamaños y pesos muy dispares. Pero, al ser equipos se tiene que jugar con los que se presentan.

Caso D, trofeos que se suman victorias de kata y kumite, donde ya el resultado va a ser que gana el que mejor nivel da en ambas modalidades.

Caso E, trofeos que se presentan por separado equipos femenino y masculino.
Suelen ser los más fáciles.

Caso F, equipos mixtos, con diversas categorías.
Estos son de los más en farragosos, pero que al igualmente tenemos que resolver. El mayor problemilla aquí será que todos tengan un nivel aceptable (que por lo general lo tienen).

Caso G, trofeo que mezcla selecciones regionales con equipos formados por clubes de la región anfitriona.
En estos casos las selecciones copan los primeros puestos, generalmente.

Caso H, trofeos que dividen el trofeo.
Una parte de selecciones y otra de clubes, haciendo equipos o alguno de los casos anteriores.

Caso I, trofeos de regiones.
Suelen ser los más vistosos y los que mejor nivel presentan. Igualmente son los más fáciles de arbitrar. Donde las categorías son más iguales y como en ediciones de mí región valgan para dar una idea que será el próximo campeonato de España.

Podría seguir marcando “Casos”, pero no es el fin del tema.
Como arbitro no me importa quien gana, sólo que sea el mejor.
Como director de arbitraje, que las personas que se quedan encargadas de dirigir un tapiz sean capaces y solventes, que los árbitros hayan actuado justamente y se aplique el reglamento lo mejor posible.

Cuando ese reglamento se varía por necesidades del trofeo o campeonato, se cometan los mínimos fallos posibles y se adapten los máximo al reglamento común de arbitraje.

Siempre habrá quien critique la labor arbitral, pues desde fuera hasta parece fácil. Pero hay que estar en el centro del tapiz controlando el combate y todos los factores, resolucionar y dar un veredicto justo. Cuando las cosas no salen muy bien (para el competidor, selección, o región) es fácil, volcar “siempre” la culpa al árbitro.

Es difícil (habiendo quien nos lo dice abiertamente, coach, maestros, directivos, etc), una competición donde la primera ronda se elimina a la mitad de los competidores es evidente que trae cola. Tanto en kata como en kumite, una ronda son menos de tres minutos. Hacer un viaje para estar tres minutos, muchos competidores no lo aceptan.

Por ello están imperando trofeos de liguillas, donde las selecciones se enfrentan varias veces. Pero tiene el inconveniente de que no pueden invitar a un gran número de selecciones o clubes.

Sea por lo que fuese estos campeonatos están supliendo la carencia de campeonatos nacionales, los cuales son muy pocos, y estos hacen que los competidores estén finos y bien entrenados. En pocos años veremos los resultados a nivel internacional…el kárate nacional está demostrando mucho nivel y como arbitro nacional me alegro, si en algo he podido contribuir o ayudar.

Una meditación navideña.
Antonio Milla Jiménez.