miércoles, 27 de marzo de 2013

«El kárate consiste en respetar, no en pegar patadas»

Ryoichi Onagua Cinturón negro 9º Dan de kárate.


«El kárate consiste en respetar, no en pegar patadas»
El maestro Ryoichi Onagua, entrenando. :: ISRAEL SÁNCHEZ/AGM
 
Cuando era adolescente recibió clases de kárate en su colegio, pero quiso profundizar más y decidió dedicar su vida a esta modalidad de lucha japonesa. Ryoichi Onagua (Japón, 1948) llegó a Murcia hace más de cuarenta años y es el encargado de gestionar, dirigir e impartir clases de kárate en el Club Onagua, uno de los pocos centros exclusivos de la Región dedicados a este deporte.
 
-¿Cómo nace su afición por este deporte?
-En el colegio recibía clases, muy básicas, y yo quería profundizar. Cuando hice el bachillerato me apunté a un gimnasio, donde recibí clases particulares con un maestro de verdad. Recuerdo que de pequeño jugaba al kárate en Japón con mis amigos, pero fue en aquel centro, y con aquel maestro, donde decidí que quería dedicar mi vida a este deporte.
 
-¿Cuál ha sido el cinturón que más trabajo le ha costado conseguir?
-Todo cuesta mucho trabajo en la vida. El primer cinturón Dan es el que más ilusión le hace ganar a uno y el que más trabajo cuesta conseguir, porque lo deseas mucho. A lo largo de mi carrera he conseguido muchos, pero el primero fue el que más me costó ganar.
 
-¿Qué es lo más difícil de enseñar?
-La paciencia y la continuidad son dos factores que tienen que estar siempre en la mente de un buen maestro. Son algo fundamental, porque la enseñanza y el kárate, desde mi punto de vista, son para toda la vida. Voy a enseñar y a entrenar hasta que mi cuerpo diga que no puede más.
 
-¿Y de aprender?
-Nos pasamos toda la vida aprendiendo. Entreno yo solo todas las mañanas y siempre aprendo algo nuevo. Un refrán dice que el camino del estudio es infinito, sea la materia o el ámbito que sea, y creo que tiene razón.
 
-¿Participa en campeonatos?
-Crecí en un pueblo en el que no existían los campeonatos. Todo lo hacíamos con sacrificio, ya que era un entrenamiento propio. No participo en competiciones, sino que preparo a mis alumnos para competir; ése es mi trabajo.
 
-¿Ni tampoco a grandes niveles?
-No compito. Siempre me interesó enseñar. Cuando era joven, un par de amigos se metieron a maestros de kárate; eso suponía viajar al extranjero, y a mí me hacía mucha ilusión salir de mi tierra y conocer el mundo. Estuve en Nueva York y me tomé mi tiempo para meditar. Allí conocí a un murciano, y pensé que esta tierra era un buen lugar para enseñar kárate.
 
-¿Qué consejos da como maestro?
-Lo primero que enseño es a respetar a los demás, porque esto no trata de pegar patadas. El kárate no consiste en violencia, sino que es el arte de defenderse. Una vez que mis alumnos tienen claro esto, están preparados para adquirir unos conocimientos y una educación deportiva. Saber dónde te encuentras es fundamental para aprender.
 
-¿Qué otras aficiones practica en su tiempo libre?
-Me gustan mucho todos los deportes, pero el que más practico fuera de mi trabajo es el golf, que me tiene enganchado. El deporte es bueno para la mente, y yo disfruto mucho.
 
-¿Y el fútbol?
-Me encanta, pero en Japón es un deporte que se vive de una forma muy distinta a como lo conocéis aquí. Allí no hay discusiones por el equipo que gana o el que pierde. La gente se respeta, independientemente de cómo haya jugado su equipo. Es muy diferente.