jueves, 6 de noviembre de 2008

El Budokan, (la casa del camino de las artes marciales).




Es conocido como el NIPPON BUDOKAN (nippon es japonés o Japón).

Es un hermoso pabellón de multiusos creado con la finalidad de albergar en 1964 la disciplina de Judo en los juegos olímpicos de ese mismo año en Japón. En la actualidad más por sus conciertos músicales...

Es una historia fascinante de como una persona luchó por crear un arte marcial, como lo consiguió y se valió de grandes luchadores, como se alió con maestros de otras artes como el kárate y llegó a conseguir hacer su arte el más famoso de las artes marciales.

Jigoro Kano fue un gran estratega, un rico y acaudalado hijo de empresarios de la mayor naviera japonesa, la única que construía barcos con casco de acero en Japón y casado con la hija de un aristócrata embajador. Estas circunstancias ayudaban y le ponían en la vanguardia de las artes marciales japonesas.

Como un estudiante ejemplar, se graduó en la Universidad de Tokio por el departamento de Literatura, y especializándose en literatura, ciencias políticas y economía, con escasos 21 años. Ingresa en el departamento de Filosofía para estudiar ética.

Con 22 años (en 1882) es nombrado profesor en ciencia políticas y economía del colegio Gakushuin (en aquellos tiempos era todavía un colegio exclusivo para los hijos de los nobles). Se gradúa desde el Departamento de Filosofía en la Universidad Imperial de Tokio.

Experto en las artes marciales niponas, él supo ver el cambio, vio la importancia de la modernización del país, no solamente en materia industrial, si no, también en las más enraizadas costumbres tradicionales. Tuvo la valentía necesaria como para enfrentarse a todo un modelo de vida, “los samuráis” y a sus escuelas de esgrima. Desarrollaría un método sacado del ancestral Jujutsu y crearía un moderno arte, denominado JUDO.

Tuvo que luchar encarnizadamente contra el sistema tradicional, pero su posición y sus conocimientos hicieron que se uniese a Pierre de Coubertin, en su moviendo olímpico. Jigoro consiguió así que el Judo pasase a ser olímpico, esta no fue una lucha corta.

Antes Jigoro tuvo antes que situar su arte como un deporte, unificar criterios y establecerlo en todos los ámbitos, escuelas e institutos y universidades, academias militares. En 1890 ya era considerado deporte oficial y era practicado obligatoriamente en las academias de policía de todo el país.

Como estudiante aventajado en la universidad, se especializa en idiomas y entre las más destacadas alemán e ingles. En 1889 realiza un viaje a Europa como miembro de una comisión del consejero ministerial, en 1891 es nombrado consejero del ministerio de educación nacional, en 1909 es nombrado como el primer asiático miembro del COI.

En 1934 presentó en la reunión del Cairo la candidatura (por segunda vez) como deporte olímpico del Judo, siendo la propuesta aceptada. En el regreso de esa reunión, Jigoro sufría una grave neumonía severa y que causo su fallecimiento en el transcurso del viaje de regreso a Japón.

Pasarían muchos años hasta 1964, pero al fin el Judo se convirtió en deporte olímpico, y para ese evento se construyó el Budokan. Esperemos que siguiendo esa estela de arte y deporte el kárate, ahora y una vez más, demuestre su gran potencial y sea visto con la honorabilidad que se merece.

Este será el Budokan que nos acogerá como deporte, y sera la sede de estos 19 campeonatos mundiales de KARATE.

Antonio Milla Jiménez.