miércoles, 23 de octubre de 2013

Antonio Espinós: "Es totalmente injusto que el karate no sea olímpico"

El presidente de la Federación Mundial atiende a MARCA.com

 SportAccord: Vianney Thibaut.
SportAccord: Vianney Thibaut.

Andrés Armero. San Petersburgo 22/10/13

El karate se recupera de su enésima pesadilla olímpica. Su universalidad, valores educativos, tradición, evolución y espectacularidad se combinan en un tatami que parece no tener cabida en los Juegos. Antonio Espinós, presidente de la Federación Mundial, atiende a MARCA.com en Rusia.

Es difícil encontrar a una persona más preparada que Espinós al frente de una federación internacional, pero más complicado aún es explicar por qué el movimiento olímpico no cuenta con el karate. "Ni nos lo esperábamos ni nos lo merecíamos", introduce el presidente todavía contrariado. "Es totalmente injusto que el karate no sea olímpico".

El líder de la WKF aparca por un momento el corazón y apela a la razón del ingeniero de caminos y consultor internacional que lleva dentro. "Tenemos 185 federaciones nacionales, pero eso es sólo el karate organizado. En todos los países del mundo, en todas las ciudades del mundo se practica karate", esgrime. "El trabajo que se hace en todos los lugares de la geografía, especialmente en países en vías de desarrollo, es muy importante".

Un desafío eterno.
El arte marcial japonés ha evolucionado sin traicionar sus raíces en aras de facilitar la comprensión a los espectadores y de ofrecer un producto televisivo de indiscutible calidad. Espinós seguirá a los mandos de una Federación Mundial que sobrevive en Madrid a base de trabajo e imaginación. "Hay que continuar, no queda más remedio. Claro que llegará el día en que el karate sea olímpico, pero tendría que haber llegado hace tiempo".

En los SportAccord World Combat Games el karate ha vuelto a poner toda la carne en el asador. "Aquí no nos guardamos nada. Hemos invitado a todos los campeones de cada continente y a los medallistas del último Mundial de París. Y, lo más importante, han acudido. No todos los deportes pueden decir lo mismo", explica un hombre cuya pasión por el karate le ha hecho vivir dos vidas en una, trabajando como ingeniero con la cabeza y añadiendo el alma para sacar adelante un arte marcial que "cambia la vida".

Espinós echa la vista atrás para recordar una anécdota de su época de profesor en Castellón. "Enseñé a niños de unos 12 años allí. Nunca podré olvidar que todos los padres vinieron a agradecer mi trabajo durante esos dos años. Decían que sus hijos se habían vuelto mejores personas", comenta todavía emocionado: "Lo que no sabían ellos era que yo no tenía nada que ver en esa evolución; todo lo había logrado el karate".

Fuente: http://www.marca.com