Detalle de los niños japoneses.No se si decir anécdotas, vivencias o chascarrillos. Podría definir más palabras pero nunca las sensaciones.
Quizás como un amigo dice... ¡las sensaciones nos hacen vivir!.
Queriendo decir que el sentir nos hace vivir o sentirnos vivos…vamos digo yo.
Yo he tenido la fortuna de ver y sentir, he tenido cosillas que hacen al ser humano ser exactamente eso HUMANO. Pues Japón puede dar cosas que no esperamos y defraudar en otras, que si esperamos.
Estábamos unos compañeros y mí persona, en la sede del campeonato mundial de kárate celebrado en Japón (que cualquiera que vea el blog ya sabrá…). En el Budokan. En uno de esos días, sentados en una tribuna “dijésemos” preferente. Cuando me di cuenta que detrás, justo detrás mío se sentaba un niño, de esos que acostumbro a tratar de cinco a seis años, un niño japonés, acompañado de su hermana de unos diez años, su padre y madre.
La madre japonesa y el padre de Okinawa (fíjate…) con mí escaso japonés, yo me presente (a ver si me acuerdo WATASHIWA ANTONIO DESU) y le pregunte por su nombre y me dijeron (que desgraciadamente olvidado), a lo primero con vergüenza y mucha timidez. Pero su madre insistía en que hablase, o se comunicase. A todo esto, Mari Cruz (mujer de mi buen amigo Jesús del Moral) se animó y también entro en la conversación.
Nos presentamos y decidí abrir una bolsa de golosinas que había comprado para mis hijas, unos caramelos japoneses de sabor a café con leche. Ofreciéndolos a los niños y sus padres, para a continuación a los demás que estábamos allí (menos mal que compraba siempre dos bolsas de cada, pues esa se gasto esa misma tarde). Pasado un buen rato y pudimos aplaudir a algunos compatriotas que ganaban y nos animaban la tarde, o otros que caían, eso si ante dignos rivales. Decidido marché a dar una vuelta, y en los stands compre un colgante a la niña japonesa y al niño le regale un ping simbólico de LA MANCHA (con mayúsculas y más cuando estaba tan lejos).
Cuando regrese a mí sitio allí continuaban los niños, junto a sus padres y sin moverse de sus sitios, por lo que pase a regalarles los detalles. La niña lo acepto y abrió el sobre, el niño no lo entendía, tampoco sabía muy bien que era aquello. Yo insistía ¡¡Don quijote de la mancha!!... La madre reaccionó, ¡¡HAAAA DUM QIXOTE!!, rápidamente empezó en japonés a decirles quien era ese hombre a sus hijos y el marido sonreía agradecido, y el niño con los ojos como panes miraba la insignia. Yo me decía pobrecillo que rollo le estará metiendo la madre y él no tendrá ni idea, jajajaja.
Al rato abrí una nueva bolsa de caramelos, esta de frutas variadas y en vez de darles uno, les di a elegir (como detalle) a los compañeros no, que se comían los de mora que eran los que mejor estaban y a mí me gustaban (^_^). Ya no tenían temor y cogían sin titubeos, ya eran amíguetes y daban las gracias sonriendo.
Ahora ¿¿que tiene que ver todo esto con el titulo de la entrada??.
Ahora viene, la sensación y el detalle. Ya pasaba muy de lejos la media tarde, cuando el niño japonés viene y me da un regalo, bien envuelto. Un Omamori, pero un Omamori de kárate (esto tiene gran significado), que los vendían en los puestos de fuera... La niña me regaló unas Origami (dos en concreto), que parecían a priori ir unidas, como si fuese una pareja de cisnes. Entonces el niño me regaló un dibujo con forma de Origami.
El origami 折り紙 es el arte de origen japonés del plegado de papel, para obtener figuras de formas variadas. En español también se conoce como 'papiroflexia'.
También le regalaron a Mari Cruz unas Origami…ya en estas estaba Jesús del Moral que muy hábilmente sacó la foto de su hija y la enseño a la familia japonesa. Yo profundamente emocionado, ante los regalos y el cariño de los niños, recordé que mí cartera estaba en el hotel y se quedarían sin conocer e mis apreciadas hijas…Ya emocionado me entro la morriña.
Aquí dejo las fotos de toda la historia.
Para ver como se hace el Origami, que no es nada fácil eso de la papiroflexia.
http://www.youtube.com/watch?v=R9VF3gdf_Hk&eurl=
Antonio Milla Jiménez. Albacete 1 de diciembre del 2008 de nuestro señor.
