jueves, 6 de junio de 2013

Madrid 2020 se puede fijar en el kárate

                        Imagen creada por Antonio Milla Jiménez.
GERARDO RIQUELME 30/05/13
El kárate, con solemnidad y sin aspavientos, mastica hoy la derrota que supone verse fuera del grupo de aspirantes a ocupar la plaza que falta en el programa olímpico de 2020. Lo hizo todo conforme mandaba el guión un deporte que tiene trazos olímpicos innegables. Sólo el peso en las dos últimas décadas del siglo XX de Un Yong Kim en el COI, era vicepresidente con el fallecido Samaranch e introdujo su deporte, el taekwondo, privó al karate de los cinco aros.

Por universalidad, apoyos y paridad desde hace tiempo, el karate merece un hueco en esa lista de la que rescatarán en septiembre a la lucha. Squash y Béisbol/Softball ya tienen justificada su labor ingresando en la terna que acudirá a Buenos Aires, pero las opciones que tienen de salir se asemejan a la llegada del hombre a plutón antes del 7 de septiembre.

No hay hueco en estos momentos. Habrá que esperar a 2017, donde difícilmente se seguirá salvando al pentatlón moderno, deporte que el COI ya ha considerado proscrito condenándolo junto a los recién llegados, golf y rugby a 7, al grupo con menos reparto de dinero. Tal división, por cierto, volvió a demostrar las incongruencias que afloran en el organismo de Chateau de Vidy: el mismo Ejecutivo que propuso la expulsión de la lucha, luego la ha propuesto para subir de categoría en el apartado económico...

Mientras tanto, el karate tiene que aguardar su turno, concienciado de que el asalto va por otros derroteros. El guión, lo que cualquiera interpretaría como aquello que hay que hacer para ganar, es decir, mostrar apoyos reales en la ciudadanía -ahora fácil de lograr por las redes sociales- y las virtudes arriba descritas, resulta que sirve sólo para participar: ganar se rige, como todo en el COI, por la política y las influencias.

La lucha planteó la batalla como si fuera una candidatura de una ciudad, con lobbyistas y todo, tocando a las más altas instancias, Putin incluido que valoró la decisión en marzo pasado como injustificada, y su resultado fue magnífico. No basta lo que reflejen los papeles, es necesaria la diplomacia. Más ésta que aquello.

Madrid 2020 puede tomar nota de esto. El proyecto es bueno sobre el papel, pero eso no gana los Juegos. Sólo es la excusa a la que agarrarse para justificar un voto, que nunca lo arrancará un powerpoint por muy bueno que sea. Es el COI, un mundo ininteligible en los últimos tiempos.

Fuente: http://www.marca.com/