Sergio Galán, de 15 años, es campeón de Europa en cadete y modalidad de katas.
Sergio Galán, campeón de Europa de kárate en categoría cadete. / SANTI BURGOS
Con cuatro años Sergio Galán López acompañaba todas las tardes a sus padres, que llevaban a su hermano Alberto, cinco años mayor que él, al gimnasio a practicar kárate. “Pero un día el entrenador nos dijo que pasara Sergio, a ver cómo era su reacción. Y después nos dijo que bien, que no molestaba, por el contrario parecía que le hacía caso y que le gustaba”. Así recuerda Agustín, el padre de estos dos deportistas, los primeros pinitos como karateca de su hijo menor. Agustín recientemente presenció en Bakú (Azerbayán) cómo su hijo pequeño, Sergio, lograba el campeonato de Europa individual y de grupos de katas de kárate. Ambos en la categoría de cadete, pues este chico de San Fernando de Henares, que es cinturón negro desde los 13 años, tiene ahora 15 años.
La modalidad de kárate que practica Sergio, que asegura que es un fiel seguidor de las películas de artes marciales, “sobre todo las de Jackie Chan”, es la de katas, que consiste en la ejecución de una serie de movimientos predefinidos ante un adversario irreal. “Es como una coreografía predefinida que hay que hacer tal y como está marcada”, explica su padre.
La relación de esta familia con este deporte fue meramente casual. “Nosotros queríamos que hiciera deporte. Y algunos de los amigos de Alberto se apuntaron a kárate y él también. Y como el pequeño veía todas las tardes entrenar a su hermano le entró el gusanillo. Pero con cuatro años ya ganó un trofeo a nivel local”, recuerda Agustín. Pero ahora el mayor, que llegó a participar en un campeonato de Europa en la modalidad de kumite (combate) ha dejado la competición, aunque sigue entrenando y dando clases en los colegios. “El kárate no es un deporte violento. De hecho si hay contacto te pueden amonestar”, explica Sergio.
Y once años después, el pasado 12 de febrero, Sergio logró el campeonato de Europa en categoría cadete en Azerbayán, un país al que solo llegar se puede decir que es “una aventura”, según explica el padre de Sergio. “Solamente el viaje nos costó 800 euros. Había un desfase de tres horas y un frío infernal”, recuerda. Agustín explica, además, que la ciudad de Bakú, rival de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos, “no está a la altura para organizar unos juegos. Hay hoteles muy buenos, pero la mayoría son pensiones de mala muerte que llaman hoteles”.
"Como veía entrenar a su hermano le entró el gusanillo", dice su padre La “aventura” en palabras de Sergio suena muy diferente: “Era mi primer viaje y me lo pasé muy bien en el avión. Todo se pasó muy rápido ya que bromeábamos en el avión. Salimos el miércoles y el viernes ya estaba compitiendo”, recuerda Sergio, que ese primer día pasó cinco rondas seguidas. El sábado venció al representante de Bielorrusia. La semifinal la ganó al de Turquía y la final al de Bélgica, que venía de ser tercero del mundo. El domingo ganó el campeonato de katas junto a los otros integrantes del equipo español. La madrileña Sonia García resultó también campeona sub 21 de kata.
“A la vuelta, la gente del gimnasio me hicieron una fiesta sorpresa. Pusieron un cartel con fotos mías y dos tartas”, recuerda el deportista. Pero pasada la fiesta, Sergio vuelve a la rutina. Entrena todos los días de la semana. Los lunes, miércoles y viernes en el centro de alto rendimiento. Y los martes y jueves en la Escuela del Henares. Y por las mañanas va al instituto de La Cañada, de San Fernando de Henares. “Y como no es un deporte olímpico no tiene beca. Y eso lo hace todo más difícil, ya que después de la competición tiene que recuperar las clases que ha perdido”, se lamenta el padre.
Pero Sergio sigue marcándose metas. La siguiente, el campeonato mundial, que se celebrará el próximo año en Guadalajara, Castilla-La Mancha: “Está muy cerca de casa”, dice. “Y por eso me hace mucha ilusión”.
FUENTE: http://ccaa.elpais.com/